PÁNICO
«Mira el miedo a la cara y dejará de molestarte»
Sri Yukteswar
Imagina por un momento que has tenido un ataque de pánico cuando ibas a coger el transporte público (sustituye por lo que te plazca). Normalmente lo que pasará es que evitarás volver a él, y además puede que busques ayuda o protección cuando no te quede más remedio que usarlo. El mismo hecho de haberlo evitado te va a confirmar que coger el transporte público es peligroso y que no eres capaz de hacerlo sola. Con esto aumenta tu miedo para la próxima vez y mina tu autoestima. Puede que dejes de hacer planes o quedar con amigas por ello, o que afecte a tu trabajo. Poco a poco te irás sintiendo más incapaz y la interferencia que causará en tu vida será cada vez mayor. Incluso en los casos más graves comportará aislamiento social o afectación severa en las relaciones con los demás. Y siempre ocurre que crece la desconfianza en los propios recursos.
¿QUÉ ES UN ATAQUE DE PÁNICO?
Es una forma extrema de miedo. Los ataques de pánico suelen aparecer sin que exista un peligro aparente y de forma repentina. En el pánico, el miedo escala tan rápido que la persona tiene la sensación de perder el control, a veces incluso de morir o enloquecer, de perder el contacto con su espacio seguro. Suelen aparecer temores sobre lo que puede suceder y los pensamientos están más dirigidos al futuro que al pasado. El ataque de pánico es tan desagradable que la persona queda impregnada por un intenso temor a que se produzca un nuevo episodio en el futuro.
¿QUÉ LE SUCEDE A TU CUERPO EN UN ATAQUE DE PÁNICO?
Durante una crisis de pánico se produce un circuito que empeora la experiencia. La persona ve como el pánico se expresa de forma tangible en su organismo. Pueden sucederse diferentes alteraciones en las reacciones corporales, por ejemplo, puede verse alterado el ritmo cardíaco, la sudoración, el ritmo respiratorio, pueden aparecer mareos, sensación de estar paralizado y no poder reaccionar, vómitos, ganas de miccionar o defecar sin sensación de poder controlar, etc. Estas alteraciones hacen que se activen más pensamientos y convicciones de amenaza, con lo que se establece un círculo infernal que se retroalimenta de forma autónoma. En ocasiones, esta experiencia provoca que la persona crea que está sufriendo algún problema médico grave, y que acuda a urgencias sin poder resolver su problema, lo que causa mayor frustración.
SÍNTOMAS DE UN ATAQUE DE PÁNICO
Algunos de los síntomas más frecuentes pueden ser estos:
- Temblores.
- Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos.
- Debilidad.
- Hormigueo o entumecimiento.
- Dolor en el pecho, dolor de cabeza.
- Falta de aliento u opresión en la garganta.
- Dificultad para respirar.
- Taquicardia o palpitaciones.
- Sudores o sofocos.
- Dolor de estómago, náuseas, calambres abdominales.
- Preocupación extrema por el futuro.
- Sentimientos de irrealidad o desconexión.
- Evitación de situaciones.
- Aislamiento social.
"Es el miedo el que nos vuelve audaces".
Ovidio
ATAQUE DE PÁNICO POR ESTRÉS
Cuando sientes estrés tu organismo opera de la misma manera que cuando sientes miedo. Se prepara para librar una batalla, se pone en alerta y despliega todas sus herramientas para que pases a la acción y puedas con todas las exigencias a las que has de responder. Vivir constantemente bajo estrés es un factor que aumenta el riesgo de padecer ataques de pánico. Un poco de estrés a corto plazo puede ser útil y ayudarte a responder de forma eficaz, como por ejemplo cuando tienes que preparar un examen en poco tiempo. Pero el estrés sostenido a largo plazo puede dañar a tu salud y predisponerte a padecer sufrimientos como las crisis de pánico.
ATAQUE DE PÁNICO Y ANSIEDAD
La ansiedad caracteriza y acompaña a numerosos trastornos de la salud. Las sensaciones en los ataques de pánico y en la ansiedad pueden ser similares.
DIFERENCIA ENTRE ATAQUE DE PÁNICO Y ANSIEDAD
La ansiedad puede presentarse en distinta graduación (leve, moderada o grave) por lo tanto, puede ser una música de fondo que te acompañe en diferentes actividades de la vida diaria o en momentos vitales y no tiene por qué estar necesariamente ligada al pánico o a la fobia. La ansiedad puede ser compañera de viaje en diferentes situaciones en las que tu cerebro evalúe que hay una potencial amenaza. Al contrario, los ataques de pánico la mayoría de las veces surgen sin que la persona los pueda relacionar con una causa concreta o identificable. Además, los síntomas físicos del ataque de pánico suelen ser más abruptos, intensos e incapacitantes que los síntomas de la ansiedad, que al contrario, puede ir acumulándose lenta y sigilosamente.
SUPERAR EL PÁNICO
A la hora de afrontar un ataque de pánico solemos ser poco originales.
Entre los humanos se dan ciertos patrones comunes en las maneras de afrontar este problema:
- Evitamos o huímos de la situación.
- Pedimos ayuda.
- Intentamos controlar las sensaciones desagradables que sentimos.
Estas tres respuestas que tienen un origen bien intencionado, pueden pasar de consecuencia a causa.
Es decir, cuando seguimos aplicando una solución que no funciona a un problema, al final lo que causa el problema es la solución. En la consulta centro mis esfuerzos en identificar qué ha hecho la persona para intentar solucionar ese problema, para rescatar y poner en valor lo que sí sirve y para modificar lo que no.
MEDIANTE LA TERAPIA ESTRATÉGICA Y LA HIPNOSIS PODEMOS ENCONTRAR MANERAS ÚTILES Y CREATIVAS DE CONVERTIR EL MIEDO EN VALOR.